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Investigadores revelan las antiguas raíces de la esclerosis múltiple

Investigadores revelan las antiguas raíces de la esclerosis múltiple

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Autor: PANORAMA Online

Investigadores descubren las raíces antiguas de la esclerosis múltiple

La esclerosis múltiple (EM) no tiene cura y afecta a casi 3 millones de personas en todo el mundo. Aunque los expertos no conocen la causa precisa de la EM, tiene un componente genético. Un nuevo estudio utiliza el ADN antiguo para rastrear genes de riesgo de EM a lo largo de miles de años. Los investigadores descubrieron vínculos fascinantes entre cambios antiguos en el estilo de vida y genes relacionados con la EM.

La EM es una afección neurodegenerativa progresiva impulsada por el sistema inmunológico. Específicamente, el sistema inmunológico ataca y destruye erróneamente la capa de mielina que recubre los nervios. Con el tiempo, a medida que se elimina más y más mielina, los nervios ya no pueden transmitir sus señales, lo que conduce a síntomas mentales y físicos. Estos síntomas incluyen problemas de visión, pérdida de sensación y debilidad muscular. A medida que la enfermedad progresa, la discapacidad se vuelve cada vez más pronunciada.

Preocupantemente, aunque la EM es más común en el norte de Europa, su prevalencia está aumentando a nivel mundial. Hoy en día, afecta a un estimado de 2.8 millones de personas. Los científicos todavía no saben por qué las personas desarrollan EM, y actualmente no hay cura.

Sin embargo, un estudio reciente arroja algo de luz sobre la evolución de las bases genéticas de la afección y puede, en el futuro, ayudar a avanzar hacia mejores tratamientos.

Aunque los científicos todavía están trabajando para comprender las razones precisas por las que la EM afecta a algunas personas, los factores de riesgo genético juegan un papel. Los investigadores ya han identificado más de 200 regiones genéticas vinculadas al riesgo de EM, la mayoría de las cuales están asociadas con genes que codifican proteínas asociadas con el sistema inmunológico.

La imagen es compleja, sin embargo. No todos los que tienen una variante genética asociada con la EM desarrollan la afección. Por ejemplo, la variante genética con el vínculo más fuerte con la EM, llamada HLA-DRB1*15:01, aumenta el riesgo en tres veces, pero hasta el momento nuestra comprensión de los factores de riesgo genético solo explica alrededor del 30% del riesgo individual de EM. Parece que los factores ambientales, incluida la infección, pueden desencadenar eventos dentro del cuerpo que llevan eventualmente a la EM en personas con susceptibilidad genética.

Un nuevo estudio publicado en la revista Nature investiga la evolución de algunas de estas variantes genéticas relacionadas con la EM. Es importante saber por qué la EM es mucho más prevalente en personas con ascendencia del norte de Europa.

Para investigar, los investigadores compararon alrededor de 410,000 muestras genéticas de participantes del Biobanco del Reino Unido que se identificaron como “blancos británicos” con casi 5,000 especímenes antiguos. Estas muestras de ADN antiguo provenían de los huesos y dientes de personas que vivieron en Asia y Europa occidental hace hasta 34,000 años.

Con estos datos, pudieron mapear el origen y el viaje de las variantes de riesgo de la EM a través de las poblaciones humanas. Primero detectaron las variantes genéticas de riesgo de EM más significativas, HLA-DRB1*15:01, en un individuo neolítico italiano que vivió alrededor de 5,800 antes de la era común (EC).

Comenzando alrededor de 5,300 antes de la era común, aumentó su prevalencia entre el pueblo Yamanya. Los Yamanya vivían en regiones de estepa en la Ucrania moderna, el suroeste de Rusia y Kazajstán occidental. Los expertos consideran que los Yamanya son los ancestros genéticos de los habitantes modernos del noroeste de Europa. Estos antiguos pastores de ganado se movieron lentamente hacia el oeste en Europa, llevando consigo el HLA-DRB1*15:01. Esto ayuda a explicar por qué, incluso hoy, las personas del norte de Europa tienen un mayor riesgo de desarrollar EM que otras poblaciones.

Los autores del estudio sugieren que cuando HLA-DRB1*15:01 llegó a la escena, puede haber impartido algunos beneficios a estas personas antiguas. Durante el neolítico tardío y la Edad del Bronce, el riesgo de enfermedades infecciosas aumentó. Esto se debió en parte al aumento de la densidad de población. Al mismo tiempo, el contacto cercano de los Yamanya con el ganado los expuso a una serie de patógenos novedosos que rara vez los humanos habrían encontrado antes de la domesticación de los animales. A medida que explican los investigadores, este aumento del contacto con patógenos nuevos y antiguos significaría que algunas variantes en genes responsables de controlar el sistema inmunológico podrían haber conferido una ventaja evolutiva que previamente no tenían. También puede haber habido múltiples efectos potenciales de estas variantes genéticas en la vida de un individuo. Por ejemplo, los investigadores mostraron que HLA-DRB1*15:01 ayuda a proteger contra la tuberculosis, que probablemente era un riesgo creciente en ese momento ya que puede ser transportada por animales. Pero también hace que los portadores sean más susceptibles a una forma de lepra.

Además de HLA-DRB1*15:01, los científicos investigaron una variedad de otras ubicaciones genéticas asociadas con la EM, encontrando que muchas estaban también vinculadas a “protección contra una amplia gama de desafíos infecciosos”. Esto incluye infecciones como las provocadas por el virus de Epstein-Barr, paperas, varicela, influenza y neumonía.

En conclusión, un cambio significativo en el estilo de vida de estas personas resultó en una mayor exposición a patógenos, lo que llevó a un aumento de la prevalencia de variantes de riesgo de EM en las poblaciones del norte de Europa, ya que conferían protección contra la infección por estos patógenos.

Los científicos detrás del estudio ahora planean abrir aún más su investigación para investigar los orígenes antiguos de otras afecciones neurodegenerativas, como el Alzheimer y el Parkinson. Los autores esperan que estos conocimientos genéticos ayuden a dar forma a futuras intervenciones médicas para estas afecciones difíciles de tratar.